jueves, 1 de septiembre de 2011

INTRODUCCIÓN


Este trabajo comenzó a desarrollarse, a partir de la lectura de otro libro: “15 días que estremecieron al Uruguay” de Álvaro Rico.[1] La lectura de ese minucioso registro de la huelga contra la dictadura, y muy especialmente, aquellos referidos a la participación del gremio ferroviario en dicha gesta del movimiento sindical, fueron el disparador inicial de esto que hoy ofrecemos.
Originariamente, este trabajo no pretendía ser un libro y menos aun, una historia del gremio ferroviario. Tenía el único propósito de esclarecer algunos hechos, que en el trabajo de Álvaro Rico, considerábamos que no estaban registrados en forma correcta o eran equivocados. Y también, consignar algunas omisiones que existían sobre la huelga general, referidos a los trabajadores ferroviarios.
Sabido es que sobre nuestro pasado reciente, en lo que respeta a una valoración del papel cumplido por el movimiento popular, existe aún un debate en el que lejos se está de arribar a una síntesis colectiva. Por esa razón, consignar omisiones o anotar valoraciones erróneas, era entrar en ese terreno aún en disputa y plagado de valoraciones subjetivas.
Por esa razón, la tarea que nos propinamos, no debía quedar librada exclusivamente a nuestra memoria. Debía estar cargada del rigor, que de alguna manera reclamábamos a los demás. Para ello, contábamos con un archivo documental personal, que sería una valiosa herramienta.
A partir de allí, el inevitable reencuentro con una historia que superaba los días que duró aquella huelga general contra la dictadura y los hechos puntuales sobre los que queríamos arrojar luz y claridad.
Por esa razón, sin renunciar al objetivo original, concluimos había llegado la hora de empezar a saldar una asignatura pendiente con una parte importante de nuestra vida, aquella que justamente se desarrollo a partir de nuestra condición de trabajador del riel y militante de su gremio.
No fue ajeno a este nuevo propósito al que dimos comienzo a principios de año 2006, los incentivos recibidos de Hugo Cores, quien continuamente nos reclamaba escribir sobre la historias de las luchas populares.
Personalmente, desarrollé mi actividad como telegrafista en la Administración de los Ferrocarriles del Estado en dos periodos muy ferméntales de la historia del gremio ferroviario; uno previo a la dictadura, que se inició en 1962 y que concluyó en 1973, pocos días después de finalizar la huelga general, cuando fui detenido por las fuerzas armadas de la reciente instalada dictadura cívico-militar. Estuve confinado en el Penal de Libertad durante seis años y medio, al tiempo que era destituido de afe.
El segundo periodo, se inicia en 1985, cuando reestablecida la democracia en el Uruguay, merced a la lucha del movimiento popular, somos nuevamente incorporados a la administración de los ferrocarriles al igual que muchos otros ferroviarios destituidos.
Esa última etapa concluye en 1989, cuando los embates liquidadores de la política neoliberal contra el ferrocarril, envía a “disponibilidad” a miles de ferroviarios con miras a que sean incorporados a otras áreas del Estado.
Distintas circunstancias –la dictadura y las políticas privatizadoras de los gobiernos blancos y colorados – nos llevaron primero entre 1982 y 1985 a desarrollar actividad laboral y sindical en el Sector pesquero y luego a desempeñarme como funcionario del Poder Judicial entre 1992 y 1995. En ambos lugares, también desarrollé una activa vida gremial.
En uno y otro lado, no dejamos nunca, de sentirnos ferroviario.
En esto que hoy ponemos a consideración de los lectores, creemos que ha llegado la hora de darle uso, a los incontables boletines, documentos e informaciones que durante tantos años hemos conservado, sobreviviendo a allanamientos y a periodos donde un boletín gremial ponía en peligro la libertad de las personas.
Influenciados por una tradición que viene de la cultura de los anarquistas, con quienes nos formamos como sindicalistas, siempre valoramos a la cultura obrera materializada en sus órganos de prensa y en los boletines gremiales. Eso explica, el profuso archivo personal que fuimos conformando a partir de nuestro pasaje por cada uno de esos lugares en que debimos trabajar y asumir responsabilidades gremiales.
Siempre pensamos, que era fundamental dejarle a los nuevas generaciones de sindicalistas, un testimonio de la historia de esos instrumentos de lucha de los trabajadores.
Por esa razón cuando abandonamos nuestras tareas sindicales y laborales en el sector de la industria pesquera y en la cupip,[2] entregamos casi todos los documentos que habíamos recopilado durante esos años de reorganización del movimiento sindical y de la primera experiencia de sindicalización de los trabajadores de las plantas procesadoras de pescado. Hugo Negrín, Alejandro Hurcade y Francois Graña,[3] fueron los depositarios, ya que continuarían algunos años mas, en esa actividad.
Hoy, creemos que también son un aporte para documentar algunos aspectos de una historia que no se encontrará en los libros oficiales. Y porqué no, para que la otra historia, la que escriben historiadores e investigadores interesados en documentar la verdadera historia de los pueblos, tenga una materia prima documental que evite caer en versiones incorrectas o parciales.
He aquí entones, el disparador de este libro. Libro que no es la historia del gremio ferroviario, sino una historia de ferroviarios.
Muchos de sus protagonistas, ya no están entre nosotros. Otros están desperdigados en la mayoría de las oficinas y reparticiones del Estado, a partir de la política de liquidación llevada a cabo en los ferrocarriles uruguayos. Esta es UNA historia de ferroviarios, que necesitara de OTRAS, para rescatar una porción de la historia de nuestro movimiento sindical.
Quizás para muchos, este trabajo se parezca a un estudio de una especie en vías de extinción. La paulatina – y hasta hora continua labor de destrucción del transporte ferroviario – parece también amenazar a una cultura ferroviaria que se acuño a partir de la existencia en el país de este medio de transporte y sus particularidades. Esa “cultura ferroviaria”, haciendo uso de su definición más amplia, se ha seguido condensando, a pesar de todo, allí en otros ámbitos del Estado donde sus portadores han tenido que ir a parar y en los pocos sobrevivientes que aún sostienen lo poco que queda de afe. De ahí que este humilde aporte a sus orígenes y su historia, no será un esfuerzo vano.

El autor.
Julio de 2006 – julio 2008-setiembre de 2011.
[1] “15 días que estremecieron al Uruguay. Golpe de estado y Huelga General. 27 de junio – 11 de julio de 1973”. Álvaro Rico, Carlos Demasi, Rosario Radakovich, Isabel Wschebor y Vanesa Sanguinetti. Centro de Estudios Interdisciplinarios Uruguayos, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación Universidad de la República. Editorial FIN DE SIGLO, junio de 2005.

[2] Coordinadora Uruguaya de Plantas Industrializadotas de Pescado, que posteriormente modificó su denominación por cutip (Coordinadora Uruguaya de Trabajadores de las Industrializadotas de Pescado).
[3] Hugo, falleció luchando empecinadamente por mantener la existencia de aquel emprendimiento industrial originariamente ideado y materializado por el Centro Cooperativista Uruguayo (ccu) y por mantener la existencia del sindicato allí. Alejandro actualmente desempeña funciones en la industria frigorífica y Francois, es docente de la Universidad de la Republica.