Capitulo XXV
1984
EL FIN DE LA DICTADURA
Y LA REORGANIZACIÓN DEL GREMIO
El 27 de junio, cuando se cumplían 11 años del golpe de Estado, los ferroviarios se suman al paro general que realiza el pit. Seis mil trabajadores se adhieren al mismo, lo que origina la aplicación de sanciones por parte del Directorio.[1]
El editorial del número 5 de “Unión Boletín sindical ferroviario”,[2] correspondiente a los meses de agosto y setiembre de 1984, explicita el perfil que pretendía tener el gremio ferroviario en la nueva etapa que próximamente se instalaría con el fin formal, de la dictadura. “Hemos escuchado durante mucho tiempo las reiteradas expresiones de que los sindicatos no deben hacer política, que los gremios están politizados (…) cuando decimos que la clase trabajadora no acepta más la confusión, aclaramos que el Gremio no participará en ninguna política partidista, mantendrá en todo momento su Independencia de Clase, pero sí luchará para participar en las decisiones políticas, económicas y sociales generales del País. Porque nosotros no queremos un Sindicato reformista, no queremos que periódicamente nos den migajas de aumento salarial para que subsistamos y sigamos produciendo dejando intactas las estructuras de la explotación y de la desigualdad social (…) nada de eso queremos, los trabajadores somos los que producimos la riqueza del País, somos por lo tanto quienes debemos determinar la conducción político-económica de cualquier Gobierno (…) Con este espíritu es que la clase trabajadora llega a la concertación con los partidos políticos (…) La concertaci6n no es sólo para derrotar a la Dictadura, es para que efectivamente el Obrero tenga el control de las Empresas, que deben tener una función social, para que se rompa con el FMI, para que el trabajador recupere inmediatamente y sin dilaciones el poder adquisitivo de su salario, (…) una AMIÑISTIA GENERAL IRRESTRICTA E INMEDIATA, a desmantelar el ‘aparato represivo a juzgar a quienes torturaron, asesinaron; encarcelaron y cometieron crímenes de lesa humanidad por la justicia civil, reducir sustancialmente el presupuesto militar, como también reformar la carta orgánica del Ejército (…)Con este espíritu y conciencia (…) sin arriar ninguna de las banderas levantadas, es que nosotros los trabajadores debemos participar en la Concertación y. por ende con esta orientaci6n, fue la decisión del Gremio en cuanto a su integración a la Multipartidaria”.
Las tareas que realizaban los obreros ferroviarios de los Talleres Peñarol, con maquinarias en malas condiciones y sin ropa de trabajo, con tenazas destrozadas, con concentraci6n de gases producidos por hornos y fraguas, sin el adecuado mecanismo de extracción, y sufriendo “por parte de algunos superiores insensibles a nuestra actividad gremial, persecuciones en actitud claramente colaboracionista con el régimen” en la sección fundición el día 04/08/84 resultaron quemados tres operarios con hierro fundido. El hecho motivó la reacción de la Unión Ferroviaria, quien llama a una Asamblea de Coordinadora Peñarol, que resuelve no fundir nuevamente sino les era proporcionada la ropa y zapatos para realizar su función, logrando que la jefatura de afe diera la orden de comprar vestimenta adecuada para los obreros de fundición.
Mientras eso ocurría en la capital, el día 5 de agosto la Coordinadora del Interior, visitaba el importante enclave ferroviario de Paso de las Toros. Allí en el local de la Ejecutiva y con la asistencia de 18 delegados de diferentes sectores que acordaron una próxima reunión para consolidar el proceso de reorganización de esa Ejecutiva. La misma tuvo lugar cuatro días después cuando se llevo a cabo una Asamblea Abierta donde se eligieron las autoridades provisorias de esa Ejecutiva, cuyo radio de acción abarcaría, desde Cantera Parada Sud, hasta la Estación Rivera, con posibilidad de integrar a sectores del litoral y Durazno. Este hecho era evaluado muy positivamente por la dirección provisoria de la Unión Ferroviaria “La formación de la Mesa Ejecutiva, marca sin lugar a dudas, un hecho de destacable trascendencia, en pos de la conquista en la integración total de los ferroviarios al Sindicato, El camino de reorganización es largo, pero sabemos que este nuevo paso, juntó con las anteriores incorporaciones de delegados de Piedra Alta y Cantera Suárez; están demostrando nuestro avance, el que no se detendrá hasta no haber llegado a todos y a cada uno de los ferroviarios”.[3]
En ese marco el 6 de agosto de 1984 se lanza un ayuno frente a la Estación Central, por soluciones y contra las sanciones. Las soluciones que reclama la Unión Ferroviaria son las que constituyen su propia plataforma y la que en esos días levantada el Plenario Intersindical de Trabajadores. “Este ayuno nuestro debe transformarse en cada taller y en cada fábrica, en cada lugar donde se agrupan los trabajadores, en compromiso de hoy y ahora por Libertad, Trabajo, Salario y Amnistía General e Irrestricta (…) Los trabajadores ferroviarios entendemos que el momento coyuntural que estamos viviendo exige una respuesta organizada coherentemente, que apunte a través de la unidad, no declarativa sino efectiva, a defender realmente los intereses de todo los trabajadores (…) comienza la campaña electoral en la cual está implícita la propuesta sobre la que se asentará el Uruguay del futuro (…) no habrá Democracia plena sino se respe tan las banderas que la clase trabajadora ha levantado el lº de mayo del 83, el 9/11/83, el 27/11/83, el paro del 18 de enero, el lº de mayo del 84 y el 27 de junio, siendo en esta última jornada donde si bien hemos recibido el apoyo en lo declarativo de sectores no vinculados a los trabajadores, en los hechos se han concretado despidos sanciones y traslados que afectan a la clase trabajadora en general y en particular a los funcionarios públicos (…) Dentro de este marco destacamos la necesidad del pre-congreso para que la clase como tal definida de aquí en más su programa de acción y de lucha”.[4]
Las reivindicaciones de la plataforma de los ferroviarios que incluía reclamos del derecho de sindicalización y huelga, aumento, presupuestación, restitución de destituidos, devolución de locales sindicales y contra las sanciones aplicadas a raíz del paro del 27 de junio, entre otros, había dado lugar la entrega al Directorio de afe el 30 de abril, de una nota con la firma de 3216 trabajadores del riel.[5]
El proceso de reconstrucción del gremio, no descuido el tema de la recuperación de afe y la opinión de la gremial sobre ese tema. En octubre de 1984, concluyen un programa de emergencia que titulan por un ferrocarril al servicio del pueblo, el que es presentado a todas las fuerzas políticas y sociales.[6]
La lucha ferroviaria, también tenía su expresión en una actividad clásica del carnaval uruguayo. La Encarrilada, era una murga que ensayaba en el Centro Artesano de la calle Aparicio Saravia 4697 y en cuyas letras trataba de expresar la realidad ferroviaria.[7]
El 20 de diciembre de 1984 se realiza en el local sindical de la Unión Ferroviaria la Asamblea General de Delegados, con la presencia de 110 delegados que escucharon un informe del Consejo Directivo Provisorio que evaluó el resultado de las reuniones que dicho órgano había mantenido en los últimos días con el Ministro de Economía y el Directorio interventor de afe. “Entendemos que el gremio a arrancado a éste Directorio por medio de la lucha las reivindicaciones (...) hemos decido que los ferroviarios no se conforman con estas conquistas, sino que en la siguiente semana (...) se mantendrá al Gremio en estado de alerta frente a las negociaciones que seguirán manteniéndose y a partir del resultado de estas se retomaran con mayor empuje las medidas”.[8]
Resulta claro del informe que sobre dicha Asamblea emite el Consejo Directivo Provisorio, las preocupaciones que articular conjuntamente que el desarrollo de esas luchas, aspectos organizativos del gremio en todo el país; “...la marcha del conflicto nos ha permitido llegar a una nueva etapa en el crecimiento del sindicato (...) se hace evidente que la lucha por nuestras reivindicaciones a sumado día a día, nuevos compañeros lo que asegura la unidad que tanto necesitamos (permitiendo a los compañeros del Consejo Directivo Provisorio ir a negociar desde posiciones fuertes”.[9]
Otros aspectos resueltos por la Asamblea que apuntaban a “intensificar las asambleas de Sección con la más amplia participación y discusión (...) intensificar las relaciones con todo el interior...”, eran acompañadas con la formulación de algunas reglas de la actividad sindical con las que se pretendía establecer la continuidad con el pasdo “respetar las decisiones democráticas de la Asamblea es un fundamento indispensable para mantener el gremio unido (...) porque el funcionamiento democrático exige como condición indispensable que previo a la decisión se confronten las diferentes posiciones hasta que surja de la votación o el consenso la decisión que todos deberemos impulsar sin retacear esfuerzos”.[10]
El 27 de diciembre, se convocaba una nueva asamblea para realizar esa evaluación y definir nuevos pasos a dar. En vísperas de concluir el año la gremial emite un saludo a los compañeros, “todos sabemos que los últimos años han sido muy difíciles, llenos de dificultades que van desde el deterioro económico de nuestros salarios hasta la represión brutal y la cárcel de los militantes sindicales (...) el Gremio sigue en pié y con la moral bien alta, para enfrentar los días que vendrán que no serán menos duros que los ya vividos”.[11]
[1] A raíz de las sanciones, los ferroviarios argentinos enviaron nota de repudio a las autoridades ferroviarias.
[2] Documento de agosto – setiembre de 1984, archivo del autor.
[3] Ibid.
[4] Ibid.
[5] Comunicado al pueblo del 06-VIII-84. Documento archivo del autor.
[6] Posteriormente a las primeras elecciones democráticas el mismo fue entregado a las nuevas autoridades nacionales y de afe.
[7] La murga estaba a cargo de los compañeros de la sección Bogies de los talleres Peñarol, Walter Vega y Jorge Mederos.
[8] Hoja Informativa de la uf del 21-XII-84. Archivo del autor.
[9] Ibid.
[10] Ibid
[11] Durante muchos años, muchos de los discursos estarán impregnados de una valoración que no establecía la gran diferencia existente entre la vida de los trabajadores en dictadura y en democracia. Decir que los años “no serán menos duros que los ya vividos”, es un ejemplo de esa valoración.
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